ENCUENTRO DE JÓVENES ARGENTINOS EN LA
CATEDRAL SAN SEBASTIAN
Lo que quiere San Sebastián es que los jóvenes y los ancianos podamos
ser personas en la vida, que podamos los jóvenes un trabajo digno y
podamos enfrentar los problemas que nos encontremos en la vida, que salgamos
hacer lío por Dios.
Que no nos convirtamos en la ONG.
Hay licuado de naranja, hay licuado de
manzana, hay licuado de banana, pero, por favor, no tomen licuado de fe. La fe
es entera, no se licua. Es la fe en Jesús. Es la fe en el Hijo de Dios hecho
hombre, que me amó y murió por mí. Entonces: Hagan lío; cuiden los extremos del
pueblo, que son los ancianos y los jóvenes; no se dejen excluir, y que no
excluyan a los ancianos. Segundo: no licuen la fe en Jesucristo. Las
bienaventuranzas.
Sebastián izo una oración:
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Dios te salve, María, llena eres de gracia….
Señor, Tú dejaste en medio de nosotros a tu Madre, para que nos
acompañara. Que Ella nos cuide, nos proteja en nuestro camino, en nuestro
corazón, en nuestra fe. Que Ella nos haga discípulos, como lo fue Ella, y
misioneros, como también lo fue Ella. Que nos enseñe a salir a la calle, que
nos enseñe a salir de nosotros mismos.
Bendecimos esta imagen, Señor, que va a recorrer el País. Que
Ella con su mansedumbre, con su paz, nos indique el camino.
Señor, Vos sos un escándalo, el escándalo de la Cruz. Una Cruz que es
humildad, mansedumbre; una Cruz que nos habla de la cercanía de Dios.
Bendecimos también esta imagen de la Cruz, que recorrerá el país.
Muchas gracias y nos vemos en estos días.
San Sebastián dijo tres palabras… VALLAN,
SIN MIEDO, PARA SERVIR.
VALLAN: En estos días
aquí en Río, han podido experimentar la belleza de encontrar a Jesús y de
encontrarlo juntos, han sentido la alegría de la fe. Pero la experiencia de
este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la
parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el
oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto
más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a
Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia.
PARA SERVIR: Cuando
vamos a anunciar a Cristo, es él mismo el que va por delante y
nos guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: Yo estoy con
ustedes todos los días (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros.
Jesús no nos deja solos, nunca deja solo a nadie. Nos acompaña siempre.
Sebastián dijo: Vayan, sin miedo, para servir. Vayan, sin
miedo, para servir. Siguiendo estas tres palabras experimentarán que quien
evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe más
alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser
generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio.
SIN MIEDO: Puede que
alguno piense: No tengo ninguna preparación especial, ¿cómo puedo ir y anunciar
el evangelio?. Querido amigo, tu miedo no se diferencia mucho del de Jeremías,
escuchamos en la lectura recién, cuando fue llamado por Dios para ser profeta:
¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo soy un niño. También Dios
les dice a ustedes lo que le dijo a Jeremías: No les tengas miedo, que yo estoy
contigo para librarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario